La británica Mary Shelley, en su novela, “Frankenstein o el Moderno Prometeo” inmortalizó los personajes, doctor Víctor Frankenstein y su hijo putativo que fabricó en su laboratorio con partes de restos humanos e inducción eléctrica. En esa ficción literaria, el doctor Víctor Frankenstein, al ver el ser que había creado, un monstruo de más de dos metros de altura, que nada tenía que ver con sus sanas intenciones, no le puso un patronímico, sino, que lo denominó como “demonio, engendro, la criatura, horrendo huésped”, etc. Con su proyecto, el doctor Frankenstein buscaba crear un hombre nuevo, que al igual que el Prometeo de la mitología griega, fuese un defensor de la vida de los humanos, al punto de que fuera capaz, de que si también fuese necesario, robara de nuevo el fuego de la vida a la divinidad para entregárselo a los hombres de su tiempo, que los veía tan desprotegidos y desamparados.
B – Hoy en día, las sociedades atrasadas como la dominicana, buscan y esperan desesperadamente como el doctor Frankenstein a ese benefactor y mesías. Por esos atrasos, nuestra sociedad parió a Báez, a Lilís, a Trujillo, a Balaguer, a un Hipólito, a Danilo y a Leonel; aunque también debemos de señalar aquí, que algunos, de hecho, no han sido dictadores y tiranos, porque los tiempos, cualidades personales y circunstancias coyunturales se lo han impedido; es decir, ellos quisieron, pero no pudieron. Entre esos potenciales monstruos se encuentran Danilo Medina y Leonel Fernández.
C- Danilo demostró con creces su naturaleza enfermiza de apego al poder al querer reelegirse a como diera lugar. Para ello, como molino montado en la carretera para moler su caña de cualquier manera, montó un proceso electoral para también, ganar las elecciones “trapichando votos” de cualquier manera. Y la obsesión por la presidencia de la República de Leonel es tan grande y enfermiza, que la misma lo han vuelto unos monstruos, semejante al engendro del doctor Víctor Frankenstein. Esa demencia lo ha llevado a desarrollar un proselitismo político tan intenso, que da miedo, por tal razón, y como es hijo de las arritmias sociales nuestras, a él le cabe en esta alegoría el nombre de: Leonel Frankenstein hijo. Esta vez no creado por el doctor Víctor Frankenstein, sino por la generación de dominicanos atrasados e ingenuos y por los malos dominicanos del final del siglo XIX y principios del XXI. Hecha esta aclaración, ahora vayamos a ver, lo que tiene que ver Leonel Frankenstein hijo con la perversidad de la Sentencia 168-13.
Antecedentes
1 – Para entender la Génesis de lo que hoy constituye el grave problema de la inmigración haitiana para nuestro país, lo primero que hay que establecer es, cómo se originó, que causas la han provocado y quienes han sido los propulsores de esta maldad. Brevemente, a seguidas, damos a conocer parte de esa historia, porqué sin el conocimiento de la misma, es imposible entender el porque la parte de la sentencia 168-13 que desnacionaliza a los dominicanos con ascendencia haitiana es una perversidad.
2 – Pues bien, Haití es el país más pobre del hemisferio occidental. Pero esa pobreza ha sido inducida por las políticas internacionales hacia ese país, principalmente por Estados unidos y Francia; potencias racistas y crueles que no le perdonan a esa nación su rebeldía contra la esclavitud y su emancipación e independencia para constituirse en estado soberano. Los blancos del norte, y los anglosajones de cualquier lugar, no perdonan ese atrevimiento.
3 – Esa pobreza extrema ha generado un estado fallido con millones de ciudadanos paupérrimos que mueren por desnutrición y por falta de cuidados médicos. Haití es una tierra semidesértica, un hábitat de gente con hambre, que no tiene que comer, que espera la muerte al borde de la tumba, y donde los más fuertecitos para escaparse de ese final, salen huyendo hacia nuestra República Dominicana, tal como lo hacemos los dominicanos hacia otros países.
4 – Ahora bien…, los dominicanos sabemos muy bien que esas condiciones paupérrimas de Haití generaran en todo tiempo una inmigración masiva (por millones) hacia nuestro territorio, tal como ha ocurrido. Es natural los desplazamientos humanos en busca de mejor vida o de la subsistencia. Ante el conocimiento de esa situación ¿Por qué los dominicanos no fuimos previsores para evitar el desbordamiento de esa inmigración? La respuesta es sencilla. La clase gobernante antepuso sus intereses a los de la República. Trujillo, y los dueños de los primeros ingenios fueron los precursores de traer por miles al país a analfabetos haitianos y sin acta de nacimiento, para esclavizarlos en el corte de la caña.
5 – Los dueños de los ingenios traían a estos seres humanos, dándole categoría de animales de carga. Así los confinaban en los bateyes de donde no podían salir. Allí los esclavizaban, le robaban en el peso de la caña, no le pagaban en efectivo, sino en vales para comprar a sobreprecio en la bodega propiedad del colono, donde también de nuevo de robaban en el peso, pero también le descontaban un 20% del valor de vale, alegando que no era en efectivo. Sus viviendas estaban construidas en barracones mugrientos, sin letrina, sin agua, ni electricidad, piso de tierra y vigilados constantemente por un mayoral con escopeta y revolver, con licencia para disparar a matar. Así asesinaron a muchos, que eran enterrados sigilosamente en cementerios clandestinos, pero no había consecuencias contra esos crímenes, porque se les tenía como animales. Tampoco disfrutaban de asistencia médica. El que se enfermaba con una dolencia que requiriera para sanar de servicio médico y medicinas, simplemente moría. Muchos tenían largas agonías y nadie los asistía. Morían como perros realengos.
6 – Con esta esta forma de esclavitud, Trujillo y los demás colonos azucareros se hicieron multimillonarios. Esta explotación también dio lugar a que el azúcar por su rentabilidad fuera por mucho tiempo la columna vertebral de la economía de la República Dominicana.
7 – De esta explotación laboral, Trujillo fue uno de sus principales protagonistas. Este dictador trajo a sus doce ingenios miles de haitianos analfabetos y sin acta de nacimientos, a los cuales, luego de terminada la zafra no los repatriaba a su natal Haití, sino que los dejaba confinados en los bateyes pasando las mil y una hasta la próxima zafra. En este interregno, eran muchos los que morían por hambre y enfermedades curables, o que eran asesinados por cualquier “quítame esta paja”. Con esta usanza, Trujillo y los demás propietarios de ingenios azucareros se ahorraban el costo que implicaba la repatriación, y el traerlos de nuevo para la próxima zafra, confabulados con los políticos haitianos.
8 – Trujillo murió ajusticiado en 1961, pero la práctica de traer haitianos ilegalmente siguió igual, con ligeras variantes. Y digo ilegal, porque con formas violentas, a los haitianos más pobres y analfabetos (y repito, sin actas de nacimiento), los recogían en las calles de Haití y sin consentimiento alguno los montaban en un camión para sin despedirse de sus familias, traerlos a los bateyes de Republica Dominicana donde eran confinados de manera obligada hasta el día de la muerte.
9 – En este inhumano comercio de personas, esos haitianos eran pagados a cinco dólares por cabeza al gobierno haitiano, un precio mucho menor que el de una vaca. Así también los trajeron en el triunvirato, en la era de Balaguer, y en los gobiernos de Don Antonio, Jorge Blanco, Hipólito y Leonel Frankenstein hijo. Por lo significativo del hecho, vuelvo a recordar a mis amables lectores, que en el gobierno de Don Antonio, “el patriota dominicano”, Milton Leónidas Ray Guevara, se agenció unos buenos dólares trayendo al país más de 40 mil haitianos hacia los bateyes y que nunca se ocupó de su repatriación. Hablo del presidente del Tribunal Constitucional, quien luego, con la sentencia 168-13, desnacionalizó a los miles de dominicos-haitianos que habían nacido en territorio dominicano por el accidente histórico narrado y que ni siquiera habían podido obtener sus partidas de nacimiento, debido al régimen de confinamiento, al discrimen y la marginación a que estaban sometidos.
10 – Con esta inhumana práctica, ejercida desde antes de 1929 hasta 2013, fecha en que se emite la sentencia 168-13 ( más de 84 años después), por ley de la vida, en esos 84 años ya habían nacido varias generaciones de esta gente, que por las leyes de nuestro país (Ius soli, Ius sanguini) y por la forma violenta y obligada que fueron traídos (en contra de su propia voluntad), nacían con la categoría de dominicos-haitianos, pero que no eran registrados como tales, porque al ser tratados como animales, se les negaba ese derecho, con la agravante, que posteriormente, para ratificar esa perversidad, se evacuó la sentencia 168-13 que desnacionalizó (que convirtió en apátridas) a la generación de dominicos- haitianos vivos, (en ese momento, unos 250 mil).
11 – Con los gobiernos de Leonel Frankenstein hijo, vino la gran debacle de “la frontera abierta”. Con esa política puesta en práctica, entraron miles de haitianos ilegalmente a nuestro país. Entonces, los Vincho, para sacarle partido político a esta debacle, aprovechando el desconocimiento de las masas para discernir con justicia sobre este tema, inventaron su teoría de la fusión de la isla por potencias extranjeras; cosa que hacen tergiversando la realidad y tapando a los verdaderos culpables de esta inmigración. Tenga en cuenta el lector, que los Vincho en ningún momento tocan ni tangencialmente el rol que ha jugado Leonel Frankenstein hijo, los empresarios y jerarcas militares dominicanos en esa cuantiosa migración.
12. – Si Leonel Frankenstein hijo fue capaz de regalar nuestro oro a transnacionales del imperio, como también de implementar el neoliberalismo con sus dañinas privatizaciones para el país y de otras diabluras para agenciarse el apoyo político del establishment del imperio. Tenemos a un Frankenstein capaz de cualquier maldad contra su país para jartarse de dinero; de otra manera no se explica esa indiferencia de Leonel Frankenstein hijo ante la entrada masiva de haitianos en sus tres periodos de gobierno. De otra manera no se explica, que en los gobiernos de este Frankenstein, los haitianos entraran y salieran por la frontera como Pedro por su casa y que llegaran al Este y a todos los puntos del país sin ningún tipo de control. Es más, en los gobiernos de Leonel Frankenstein hijo, había una especie de “cartel” para traer haitianos en masa al país y distribuirlos; incluso, es de conocimiento general, de la existencia de pandillas que tenían (y aún tienen) como negocio muy lucrativo el traer a miles de haitianas a parir a nuestros hospitales donde han estado envueltos militares y los cónsules nombrados en Haití por los gobiernos del PLD.
13 – La política de “frontera abierta” de Leonel Frankenstein hijo para con la inmigración haitiana, dio lugar a que se incrementara de manera alarmante el número de ilegales haitianos en nuestro país. Él los trajo por miles para cavar los túneles del Metro y para emplearlos en las construcciones de carreteras, elevados, edificios gubernamentales, puertos y aeropuertos, para trabajar en el campo y hasta para que fueran sirvientes en casas de familias pudientes y trabajadores en los hoteles. Por ejemplo, el Este del país está lleno de haitianos, porque los hoteles turísticos de esa región, en un lapso de 30 años fueron construidos con mano de obra haitiana, especialmente traídos desde Haití para ese fin, lo que fue conformando a lo largo de ese tiempo una nutrida población de haitianos, que hoy forman casi un pueblo paralelo a los nuestros y compitiendo en número de pobladores. Pero además, más tarde, cuando estos hoteles entran en operación, la mayoría de sus empleados son haitianos o descendientes de ellos, nacidos en nuestro país del fruto genético de los haitianos que los empresarios turísticos habían traído a nuestro territorio para construir sus hoteles con mano de obra barata.
14 – Destaco, que la inmigración haitiana puede clasificarse en dos categorías: la primera, conformada con los llegados desde antes del 1929 hasta el comienzo del año 2004. Esta fue una generación de gente que no se le puede ligar con delincuencia alguna, ni con horrendos crímenes de sangre, sino, que más bien estas fueron gente trabajadora, que contribuyeron grandemente con la economía del país y para que los colonos azucareros de aquel tiempo se hicieran multimillonarios. Pero sucede que a partir del 2004, con la “frontera abierta” de Leonel Fernández Frankenstein hijo, se conforma una segunda inmigración, con individuos primitivos en todo el sentido de la palabra, que han producido crímenes horrendos en todo el territorio nacional y fechorías de todo género.
Visto la crónica anterior ¿dónde está la maldad de la sentencia 168-13?
15 – La magistrada Katia Miguelina Jiménez, disidente de la sentencia en cuestión, expone para ello las consideraciones siguientes:
«De inicio – escribe Katia Miguelina Jiménez – es determinante acotar, que hasta el año dos mil diez (2010) la Constitución dominicana en base al principio del jus-soli reconocía como ciudadanos dominicanos a los nacidos en territorio nacional, con excepción de los hijos de los diplomáticos y los extranjeros en tránsito, y la Ley de Inmigración núm. 95, del año mil novecientos treinta y nueve (1939), limitaba a diez (10) días el período que definía el tránsito.
16 – Pero sucede, que la sentencia 168-13, en el año 2013 (74 años después de 1939), desconoce retroactivamente este concepto de tránsito que lo define por (10) días, y alevosamente redefine tránsito, a todo el tiempo en que se esté en “situación irregular”, para con ello, con toda la mala fe del mundo desnacionalizar – como al efecto se hizo – a unos 250 mil dominicanos de ascendencia haitiana que eran en el 2013 el producto generacional de los haitianos que desde antes de 1929 habían traído al país de manera forzada e ilegal los distintos gobiernos y generaciones sucesivas de empresarios existente en el país, en el transcurso 1929-2013, es decir en el lapso de 84 largos años.
17 – Con esta sentencia se le hizo un daño inconmensurable al país y a los afectados, con la agravante, de que los patrocinadores de la misma lo hicieron con premeditación y alevosía, muy conscientes del daño que le hacían a la patria y a un sector de sus nacionales. ¿Quiénes estuvieron detrás de esta sentencia? Estuvieron, Leonel Frankenstein hijo, Roberto Rosario Márquez (el indigno), los Vincho, Radhamés Jiménez peña, exprocurador General de la República en el gobierno del Frankenstein que nos ocupa y Milton Leónidas Ray Guevara, el magistrado presidente del Tribunal Constitucional que como hemos repetido, ya había traído al país 40 mil jornaleros haitianos a los bateyes para ganarse unos billetes en dólares.
¿En realidad, que daño buscaban hacer ellos con esta sentencia?
18 – Desde mucho antes de evacuarse esta sentencia, ya Leonel Frankenstein hijo y los aludidos miembros de su séquito, sabían que Danilo Medina sería el próximo presidente de la República, e idearon un plan malévolo tendente al que el gobierno de Danilo se viera en serios aprietos económicos y a buscarle problemas internacionales con el fin de que Danilo hiciera un mal gobierno, que le permitiera a Frankenstein hijo, elaborar un discurso de campaña que le permitiera volver de presidente en el 2016.
19 – Recordemos, que para ese entonces, Frankenstein hijo, para constreñir la economía del gobierno de Danilo, logró que la Barrick Gold no le diera a Medina el dinero correspondiente al cuatrienio 2012-2016, por concepto del vil contrato 97 a 3 otorgado por Frankenstein a esa empresa depredadora del medio ambiente y saqueadora de recursos metalúrgicos. A este respecto se recordará todo el pataleo de Danilo ante la Barrick Gold para que esta transnacional le diera el dinero mensual que por el contrato citado le correspondía, que como ya sabemos, después de un fuerte pataleo, lo consiguió.
20 – En esta perversidad de planificar daños a la economía del país, para favorecer sus planes electorales, Frankenstein hijo, es ya reincidente, pues lo hizo en el gobierno de Hipólito también. Una grabación suya dando instrucciones telefónicas para hacer colapsar la economía del país, quedó plasmada en un audio que ha tenido amplia circulación en las redes sociales.
Leonel Frankenstein hijo, y la sentencia 168-13
21 – En cuanto al daño internacional, este “Moderno Prometeo” planificó hacerlo con la sentencia 168-13, como efectivamente lo ha logrado de manera cruel e irreversible, con el objetivo perverso de crearle serios problemas nacionales e internacionales al gobierno presidido por su compañero de Partido, para el favorecerse con los desmadres que ésta generaría en varios frentes nacionales y mundiales y que él y su grupo, sabían muy bien de antemano cuáles serían esos problemas, de los cuales fueron advertidos, por quienes sabían que se estaba fraguando emitir esa desacertada sentencia
22 – A este respecto, este Frankenstein sabía muy bien, que con esa sentencia no iba a poder mandar hacia Haití a ninguno de los dominicos- haitianos afectados por la misma. Eso no era posible, primero, porque ninguno de los afectados iba a irse a un lugar que no conocía, donde nunca había estado, y con el que no tenía absolutamente ningún vínculo social, ni familiar, ni político ni cultural.
23 – Después de prácticamente cien años de ausencia, ¿si esta gente fuera deportada a dónde quien iban a llegar? si no tenían propiedades, ni conocían a nadie, ni hablaban el idioma de ese lugar a ser deportado? Además, ese grupo de conspiradores contra el país, sabían muy bien que el gobierno haitiano no iba a aceptar esta imposición, y que no iban a recibir a ningún dominico- haitiano de éstos en su territorio.
24 – Pero además, Leonel Frankenstein, sí sabía cuál iba a ser la reacción de oposición de la comunidad internacional a ésta desnacionalización, que convertía a en apátridas a más de 250 mil personas. Ellos sí sabían de la problemática en que metían al país con esta sentencia, porque ellos sabían de los acuerdos y legislaciones que existen contra la apatridia, de los cuales nuestro país es signatario. Si la verdadera intención del aludido Frankenstein y su grupo hubiese sido crear una ley para regular la inmigración en situación irregular haitiana, no había necesidad de evacuar una sentencia que promoviera la apatridia. Solo hubiese bastado con poner en vigencia las leyes ya creadas para tal fin, y añadirle a la constitución de 2010, la negación de la ciudadanía dominicana a todo aquel que esté en el país de manera irregular; pero nunca caer en la perversidad de tergiversar conceptos tan claros como el de tiempo de tránsito, y para más, hacerlo retroactivamente, violando y pisoteando, un principio jurídico elemental, como es la irretroactividad de las leyes.
25 – A los que desconocen de leyes, se les ha metido en la cabeza que con esta sentencia no se ha cometido apatridia, porque la constitución haitiana establece que son haitianos todos los de su sangre nacidos en cualquier lugar. Supongamos que esta decisión sea cierta. Pero ahora yo pregunto, ¿los dominicanos, nos regimos por la constitución haitiana o por la dominicana? Pues si aprobamos esta decisión para los descendientes de haitianos nacidos en nuestro territorio, porque lo dice la constitución haitiana, también tendríamos que dar como bueno y valido, que la isla es única e indivisible, si así lo estableciera la constitución haitiana en uno de sus acápites.
26 – También, en las discusiones sobre la sentencia 168- 13, he oído a muchos dominicanos (incluso a dominicanos profesionales) decir, que cada país tiene el derecho a establecer sus leyes migratorias como las considere de lugar; lo que es cierto; pero en el caso de la Sentencia 168-13, no se trata de una simple ley migratoria, sino de una ley que viola el principio jurídico universal de la irretroactividad de la ley; pero que también causa apatridia, lo que es otra violación de una ley universal contra ese mal, y de la que nosotros somos signatarios.
27 – Naturalmente, quienes opinan lo contrario, no son abogados titulados para saber de estas leyes, y si lo son, y las apadrinan, como los Vincho, Leonel Frankenstein hijo y su séquito de perversos, lo hacen, porque mucho saben de leyes, pero poco de justicia. Para profundizar en mis reflexiones, les planteo (y pido solución), a los juristas que patrocinaron esta monstruosa sentencia, la ecuación migratoria siguiente: el origen migratorio de los 250 mil dominicos- haitianos desnacionalizados, con la sentencia de marras, se remonta desde antes de 1929. El 60 % de ellos fue traído al país sin previo consentimiento. Este porcentaje, después de montarlos en un camión de manera violenta a empujones y culatazos, se les trajo al país y se le confinó (se les aisló en un batey), donde fueron esclavizados hasta la muerte) ¿Ante esta situación, a los descendientes de esta gente es justo aplicarle el dispositivo de sentencia 168-13 y desnacionalizarlos?
A mis amables lectores, les dejo la palabra, para que contesten esta interrogante.
Posdata
A – Con gran preocupación estoy observando cómo nuestro querido Presidente Luis Abinader está dándole espacio al camaleón Leonel Fernández para que éste farsante se empodere políticamente, con lo que podría repetirse la historia mitológica de Cronos, o de Prometeo, o de Víctor Frankenstein con la creación en laboratorio de un hijo putativo que tantos dolores de cabeza le dio.
B – Esta condescendencia de nuestro Presidente puede dar lugar al engendro Leonel Frankenstein hijo que aludo en el presente ensayo, como también crear un “Cronos” que devoraría sin contemplaciones a quienes lo han ayudado. Estos hechos me llevan a pensar, que nuestro Presidente aún está en la etapa, en que cree que todo el mundo es honesto, noble, decente, sincero y patriota como él. A contra efecto, para no amolar cuchillo para nuestra propia garganta, en esta era de definiciones pido a Dios que ilumine a nuestro Presidente Luis Abinader, para que trace a tiempo la raya de Pizarro a los hipócritas enemigos de la patria (que son muchos); con lo que evitaríamos a nuestro pueblo en el tiempo por venir, llorar lágrimas de sangre en el muro de las lamentaciones.
El que tenga oídos, que oiga…
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