El alma huele a pino en la sierra. Se yergue, se asoma y mira. Envuelve, abraza y reclama.
Las almas agradecidas la complacen. Vuelven a ella.
Juan Bautista Azcona es un hijo de la sierra.
Desde pequeñito, su padre, empleado del Plan Sierra, le enseñó a quererla. A pie, en burriquito, la conoció como sólo suelen los amantes. Y lo ha sido desde entonces. Un enamorado de la sierra.
Agradecer al Plan Sierra que lo motivó y ayudó a salir de la loma para ser ingeniero es reconocer que, como los árboles, la vida es bosque.
Graduarse, volver a su loma a trabajar y vivir el destino de su gente, es ganar la partida al ego que alucina.
Juan Bautista Azcona es un testimonio que ojalá miles de jóvenes miren.
Volvió a La Celestina en San José de las Matas a trabajar y cuidar el bosque y las aguas, para que la Patria se unte de olorosa resina.
#DiaMundialDelAgua
#ReforestemosQuisqueya
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