Las mujeres de Sabana de la Mar saben de peces. Van atendiendo hijos, marido y negocio entre el mar y la playa.
Madrugan en busca de peces hasta que el salitre brilla en sus rostros. Las mujeres de Sabana de Mar sólo necesitan la ola solidaria que llene sus ojos de peces.
Y la tendrán.
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