NUEVA YORK.- Los estadounidenses se preparaban para lo que el médico de mayor rango del gobierno advirtió el domingo que será “la semana más dura y triste” de sus vidas, mientras que Gran Bretaña asumió la indeseada estafeta de ser el país con más fallecimientos por el coronavirus en Europa tras registrar un incremento récord de muertes en las últimas 24 horas, rebasando incluso a Italia.
El primer ministro británico Boris Johnson fue hospitalizado 10 días después de ser diagnosticado con COVID-19. Fue una “medida preventiva”, señaló su oficina, e indicó que el político conservador de 55 años se sometería a análisis.
El director de salud pública de Estados Unidos, Jerome Adams, ofreció una lúgubre advertencia sobre el panorama de fallecimientos en el país a causa del virus.
“Esto será nuestro momento Pearl Harbor, nuestro 11 de septiembre”, dijo a la cadena Fox News Sunday.
La ciudad de Nueva York, el epicentro de la pandemia en Estados Unidos, recibió un rayo de esperanza después de que el gobernador Andrew Cuomo informó que el número de decesos diarios tuvo un ligero descenso, al igual que el de ingresos a cuidados intensivos y el número de pacientes que requirieron intubación. De cualquier manera, advirtió que “es muy pronto para determinar” qué tan significativas son esas cifras.
Italia y España también recibieron noticias alentadoras. Italia registró su menor incremento diario de muertes en más de dos semanas, de 525, dijo Angelo Borrelli, director de la agencia nacional de Protección Civil.
La velocidad con que se propaga el virus también parece desacelerarse: el país registró el domingo 4,316 nuevos casos, mientras que, a principios del brote, la tasa diaria superaba los 6,000.
De cualquier forma, Borrelli advirtió: “Estas buenas noticias no deberían hacer que bajemos la guardia”.
El número de casos confirmados en España también registró un descenso, y la cifra de nuevos decesos cayó por tercer día consecutivo, a 674, la primera vez que el número de fallecimientos diarios desciende por debajo de 800 en la última semana.
“Empezamos a ver la luz al final del túnel”, dijo el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
El panorama sigue siendo sombrío en Gran Bretaña, que registró 708 muertes por el coronavirus el sábado, en comparación con las 631 en Italia. Con más de 600 decesos reportados el domingo, el Reino Unido suma más de 4,900 muertes a causa del virus entre sus casi 48,000 infecciones confirmadas. Italia aún tiene, por mucho, la cifra más alta de fallecimientos por coronavirus a nivel mundial: casi 16,000 entre sus 130,000 casos confirmados.
Existen temores de que el gobierno de Johnson no haya tomado al virus con la seriedad necesaria en las primeras etapas del brote y que el clima de primavera tiente a los británicos y a pobladores de otros países a romper con las reglas de distanciamiento social.
En un inusual mensaje a la nación, la reina Isabel II exhortó a los británicos a ejercer la autodisciplina en un “momento cada vez más complicado”. La monarca de 93 años dijo que la pandemia ha causado enormes perturbaciones, dolor, dificultades financieras y retos abrumadores para todos. Fue apenas la cuarta ocasión desde que comenzó su reinado en 1953 en que realiza un mensaje de este tipo.
“Espero que en los próximos años todos sean capaces de enorgullecerse de la forma en que respondieron a este desafío”, declaró. “Y que aquellos que vengan después de nosotros digan que los británicos de esta generación fueron tan fuertes como cualquiera”.
El secretario de Salud Matt Hancock indicó que no está permitido tomar el sol en espacios públicos y que el Reino Unido podría prohibir ejercitarse al aire libre en caso de que las personas “sigan violando las reglas”.
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