La lengua es un órgano en el que los profesionales sanitarios pueden detectar numerosas enfermedades. La falta de vitaminas A, B2 y C suele cursar con la llamada glositis (inflamación de la lengua).
Según el Consejo de Dentistas, determinadas enfermedades de la sangre (anemias, leucemia) pueden estar asociadas a placas dolorosas con sensación de quemazón en la superficie de la lengua. La diabetes suele asociarse a candidiasis (hongos) en el dorso de la lengua. Las enfermedades hepáticas pueden ir asociadas a un color amarillento de la lengua (ictericia).
Rosa: Sana y limpia
Roja: Déficit de vitamina B. Fiebre.
Púrpura: Problemas circulatorios. Problemas cardiacos.
Amarilla: Hábito tabáquico. Problema hepático.
Blanca: Infección por hongos. Deshidratación.
Gris: Problemas digestivos. Úlcera de estómago.
Marrón: Exceso de café o té. Disminución de la saliva.
Negra: Pobre higiene oral. Diabetes.
Estos son solo algunos de los reflejos de enfermedades sistémicas en la lengua, por eso, ante cualquier cambio significativo en la lengua, se debe consultar al médico o al dentista.
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