Comunitarios del residencial Chamal II, aseguran que la inacción policial facilitó la muerte de Basilio Lebrón, seguridad del complejo donde Carlos Julio Campusano mató a su esposa, Mayra Mordán García, luego de haber cegado la vida de María Juana Ortiz en otro sector del municipio de Bonao.
Explicaron que afuera de la casa donde laboraba y fue ultimada Mordán García, había dos miembros de la Policía Nacional esperando a que saliera el verdugo, sin embargo, cuando este salió con el arma de fuego en mano, no hicieron nada para detenerlo.
“Él (Carlos Julio Campusano, el homicida) salió caminando normal. Los policías iban informando que estaba saliendo o dirigiéndose afuera. Yo creía que era un plan de sacarlo del entorno para esperarlo delante”, narró Rossany Alberto.
De acuerdo a los residentes del complejo, los agentes policiales presentes al observar que el victimario salió del apartamento luego de cometer el asesinado, buscaron refugio.
Dentro del mismo residencial, según comentaron a este medio, una vecina vociferaba “lo van a dejar ir” ante la supuesta negligencia de los policías mientras Carlos caminaba hacia la salida.
Agregaron también que el seguridad del recinto no contaba con arma de fuego y mientras estaba recibiendo órdenes por teléfono, dio la espalda al homicida, momentos en que recibió el impacto de bala que cegó su vida.
A pesar del poco tiempo que tenía laborando en el residencial, los vecinos describen a Basilio como una persona muy amable y que siempre recibía a los comunitarios con un saludo afable.
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