OTTAWA.- Hay decenas de miles de evacuados y 150 incendios activos solo en Quebec. Mientras, en Estados Unidos, más de 111 millones de personas sufren el impacto de la contaminación atmosférica provocada por los fuegos en todo el noreste del país.
Cientos de fuegos activos simultáneamente, decenas de miles de evacuados y una situación que podría durar meses. Canadá se enfrenta a unos incendios forestales tan descomunales como históricos. Desde enero, las llamas han consumido 3,8 millones de hectáreas de bosque.
Solo en la provincia de Quebec, hay más de 150 fuegos activos, 90 de ellos fuera de control. 800 000 hectáreas están afectadas. Y apenas ha comenzado la temporada de incendios.
Desde distintos países llegan refuerzos para luchar contra las llamas. Estados Unidos ya ha enviado más de 600 bomberos. Portugal, España y Francia enviarán 280.
Y mientras Canadá arde, Estados Unidos se asfixia con el humo
Más de 111 millones de personas están afectadas por la contaminación atmosférica generada por los incendios canadienses en buena parte del noreste de Estados Unidos, según la agencia de protección del medioambiente.
Nueva York y también la capital, Washington, están en alerta por la mala calidad del aire. El fenómeno está obligando a retrasar vuelos por la baja visibilidad, a anular eventos deportivos y actos al aire libre, y muchos colegios han cerrado, forzando a los niños a retomar la educación a distancia.
La inquietud se extiende entre las personas más vulnerables, con problemas cardiacos o respiratorios, así como ancianos.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió los incendios como un «crudo recordatorio de los impactos del cambio climático».
Más de 111 millones de personas están afectadas por la contaminación atmosférica generada por los incendios canadienses en buena parte del noreste de Estados Unidos, según la agencia de protección del medioambiente.
Nueva York y también la capital, Washington, están en alerta por la mala calidad del aire. El fenómeno está obligando a retrasar vuelos por la baja visibilidad, a anular eventos deportivos y actos al aire libre, y muchos colegios han cerrado, forzando a los niños a retomar la educación a distancia.
La inquietud se extiende entre las personas más vulnerables, con problemas cardiacos o respiratorios, así como ancianos.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió los incendios como un «crudo recordatorio de los impactos del cambio climático».
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