Por Alejandro Jerez.
Con motivo de la final de la Copa Mundial de Futbol 2010, disputada en Sudáfrica entre Holanda y España, la vicepresidenta del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, ofreció unas declaraciones en las que informaba que en ese crucial encuentro deportivo la Reina Sofía asumiría la representación del Estado ibérico, y que para tal fin se haría acompañar por los Príncipes de Asturias, Don Felipe y Doña Letizia.
A una pregunta de un periodista si no acudiría algún representante importante del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a tan extraordinaria cita, la segunda al frente del ejecutivo español dijo que el "Presidente Zapatero y sus ministros estarían sumamente ocupados" en asuntos propios de sus altas funciones por lo que no veian la pertinencia de estar presentes.Analizadas éstas y otras declaraciones, posteriormente, en un panel de periodistas en Televisión Española (TVE) se concluyó que las mismas fueron "desafortunadas", pues la presencia de cualquier dignatario hispano en dicho evento debería considerarse en consonancia con las obligaciones de su trabajo, toda vez que uno de los contendores era (nada más y nada menos) el equipo que representaba a la nación europea.
Mucho se dice de los viajes al exterior del Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, y del valor de los mismos en favor del país. Igual que la monarquía española representa a dicho Estado europeo, el Presidente de turno en nuestra nación es quien encarna la Suprema Institución de la cual formamos parte los dominicanos.Nunca hemos visto al Presidente Fernández fotografiado en bermudas y camisa hawaiana en una exótica y exclusiva playa, tomando daiquirí y con unas gafas de sol de algún reconocido diseñador; tampoco se le ha visto en un espectáculo en Las Vegas, Nevada, posando con una de las rutilantes estrellas del jet set internacional.
Los encuentros que sostiene el Primer Mandatario fuera del suelo patrio obedecen a una clara y definida política exterior que ha situado a la República Dominicana en el centro de los escenarios donde se toman las grandes decisiones que marcan el rumbo de la humanidad.Por eso, lo vemos al lado de la Canciller alemana Ángela Merkel en una rueda de prensa desde la Bundeskanzleramt (Cancillería Federal) puntualizando sobre temas de interés bilateral o hemisféricos, luego de una reunión de trabajo pautada para 40 minutos y extendida a 1 hora y media; también en el Palacio de Luxemburgo, en París, sede del Senado, junto al senador Jean Marc Pastor y posteriormente con el reputado economista y escritor Jacques Attali, quien ponderó las excepcionales condiciones del Presidente Fernández como político y estadista. Y, la más reciente, junto al Presidente Barack Obama, después de agotar una jornada de discusiones sobre asuntos del más alto interés y que obligó a su extensión por la importancia y profundidad con que fueron abordados los temas.
La agenda exterior del Primer Mandatario no tiene nada que ver con diligencias personales o familiares; pero tampoco con asuntos frívolos de buscar colocarse frente al lente de un paparazzi al lado de una personalidad mundial del momento.
Aunque somos conocidos en el exterior por el talento de nuestros artistas y atletas, es el tres veces Presidente de la República quien se ha ocupado de ubicarnos en el carril por el que transitan las naciones modernas, en una ruta expresa hacia un desarrollo fundamentado en la potenciación de nuestras capacidades, pero articulado con un mundo cada vez más interdependiente.
El relanzamiento, y la consecuente importancia en el escenario mundial, que tuvo la Iglesia Católica se debió, en gran medida, al arduo y permanente peregrinar del Papa Juan Pablo II, a quien llamaban "El Viajero". No hay dudas que el papado itinerante de Karol Wojtyla cambió Europa e influyó en los eventos que se desencadenaron en todo el orbe.El perfil mundialista de esta pequeña nación caribeña y su destacada participación en eventos internacionales se debe, en gran medida, a los viajes del Presidente Leonel Fernández.
A una pregunta de un periodista si no acudiría algún representante importante del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a tan extraordinaria cita, la segunda al frente del ejecutivo español dijo que el "Presidente Zapatero y sus ministros estarían sumamente ocupados" en asuntos propios de sus altas funciones por lo que no veian la pertinencia de estar presentes.Analizadas éstas y otras declaraciones, posteriormente, en un panel de periodistas en Televisión Española (TVE) se concluyó que las mismas fueron "desafortunadas", pues la presencia de cualquier dignatario hispano en dicho evento debería considerarse en consonancia con las obligaciones de su trabajo, toda vez que uno de los contendores era (nada más y nada menos) el equipo que representaba a la nación europea.
Mucho se dice de los viajes al exterior del Presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, y del valor de los mismos en favor del país. Igual que la monarquía española representa a dicho Estado europeo, el Presidente de turno en nuestra nación es quien encarna la Suprema Institución de la cual formamos parte los dominicanos.Nunca hemos visto al Presidente Fernández fotografiado en bermudas y camisa hawaiana en una exótica y exclusiva playa, tomando daiquirí y con unas gafas de sol de algún reconocido diseñador; tampoco se le ha visto en un espectáculo en Las Vegas, Nevada, posando con una de las rutilantes estrellas del jet set internacional.
Los encuentros que sostiene el Primer Mandatario fuera del suelo patrio obedecen a una clara y definida política exterior que ha situado a la República Dominicana en el centro de los escenarios donde se toman las grandes decisiones que marcan el rumbo de la humanidad.Por eso, lo vemos al lado de la Canciller alemana Ángela Merkel en una rueda de prensa desde la Bundeskanzleramt (Cancillería Federal) puntualizando sobre temas de interés bilateral o hemisféricos, luego de una reunión de trabajo pautada para 40 minutos y extendida a 1 hora y media; también en el Palacio de Luxemburgo, en París, sede del Senado, junto al senador Jean Marc Pastor y posteriormente con el reputado economista y escritor Jacques Attali, quien ponderó las excepcionales condiciones del Presidente Fernández como político y estadista. Y, la más reciente, junto al Presidente Barack Obama, después de agotar una jornada de discusiones sobre asuntos del más alto interés y que obligó a su extensión por la importancia y profundidad con que fueron abordados los temas.
La agenda exterior del Primer Mandatario no tiene nada que ver con diligencias personales o familiares; pero tampoco con asuntos frívolos de buscar colocarse frente al lente de un paparazzi al lado de una personalidad mundial del momento.
Aunque somos conocidos en el exterior por el talento de nuestros artistas y atletas, es el tres veces Presidente de la República quien se ha ocupado de ubicarnos en el carril por el que transitan las naciones modernas, en una ruta expresa hacia un desarrollo fundamentado en la potenciación de nuestras capacidades, pero articulado con un mundo cada vez más interdependiente.
El relanzamiento, y la consecuente importancia en el escenario mundial, que tuvo la Iglesia Católica se debió, en gran medida, al arduo y permanente peregrinar del Papa Juan Pablo II, a quien llamaban "El Viajero". No hay dudas que el papado itinerante de Karol Wojtyla cambió Europa e influyó en los eventos que se desencadenaron en todo el orbe.El perfil mundialista de esta pequeña nación caribeña y su destacada participación en eventos internacionales se debe, en gran medida, a los viajes del Presidente Leonel Fernández.
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