Peggy Cabral &Minou Tavárez Mirabal en la civilización del espectáculo.
Escribe: Miguel Espaillat Grullón
New York, 6 de octubre de 2012
En su más reciente libro “La civilización del espectáculo” Mario Vargas Llosa narra, lo que según él, son las tragedias causantes de la problemática social política y económica que a manera de catástrofe azota a la humanidad en esta sociedad contemporánea; resaltando entre estas causas la banalización del arte la cultura y la política.
“La creciente banalización del arte y la literatura, el triunfo del amarillismo en la prensa y la frivolidad de la política son síntomas de un mal mayor que aqueja a la sociedad contemporánea: la idea temeraria de convertir en bien supremo de nuestra natural propensión a divertirnos. En el pasado, la cultura fue una especie de conciencia que impedía dar la espalda a la realidad. Ahora, actúa como mecanismo de distracción y entretenimiento. La figura del intelectual, que estructuró todo el siglo XX, hoy ha desaparecido del debate público. Aunque algunos firmen manifiestos o participen en polémicas, lo cierto es que su repercusión en la sociedad es mínima. Conscientes de esta situación, muchos han optado por el discreto silencio”. y otros… infiero yo de esa lectura, por los dobleces y el simulacro.
Paradójicamente, Con este párrafo, Vargas Llosa queda dentro de esa categoría de banales escritores amarillistas, frívolos y sin conciencia, cuando de política se trata, quien con su mercenarismo, malogra precisamente la política contemporánea. Es decir, sin darse cuenta, el laureado novelista, vistiéndose de oveja, para simular o aparentar lo que no es en esencia, se describe a sí mismo y a otros de su categoría, quienes como Vincho Castillo y Leonel Fernández, protagonizan con dobleces esa sociedad del espectáculo que él fustiga.
En él, al igual que en los demás aludidos, conviven el lobo y la oveja. Siendo lo real en ellos el lobo, y la oveja la postura de un momento. Vincho el hombre que más sabe de leyes y menos de justicia; y Vargas Llosa, el hombre que mas predica sobre la justicia y la libertad pero el que menos la práctica; y de Leonel ni se diga, de su capacidad para el simulacro.
En esa sociedad del espectáculo, puesta al descubierto por Vargas Llosa, la dominicana ha devenido en ser una de las más inicuas del mundo, donde conseguir dinero y poder a como sea, se ha constituido en la meta suprema de los que nos gobiernan y de los que aspiran a lo mismo, e incluso, de los que no están en esta categoría, porque es una realidad que los de arriba han corrompido a los de abajo, lo que ha dado lugar a la conformación a una sociedad en crisis política y moral, que repercute en lo económico, en lo social y ecológico, factores estos, que actuando en conjunción han destruido al país, tal como ya otros han denunciado.
Esta destrucción la testimonian, los destrozos económicos y de servicios que actualmente asedian y acosan a cada uno de los poderes y dependencias del Estado, los cuales en conjunto, han llevado al país, a la bancarrota con un déficit fiscal de casi 200 mil millones de pesos, lo que se ha traducido en llevar a la mayoría a la extrema pobreza y a la precariedad de los servicios básicos, puesto que luz, agua, transporte, educación, vivienda, cuidados de salud y alimentación adecuada entre otros, es un privilegio de unos pocos, principalmente de los que están en pleno disfrute del poder.
Hoy por hoy, producto del leonelísmo, la República Dominicana es uno de los países más corruptos del mundo y de mayores inequidades… es el país de lo insólito… de lo absurdo… el de mayor injusticias. Y no debiera de ser así, porque si hay un pueblo que ha luchado por lograr su libertad y la justicia social, ha sido el pueblo dominicano. Sus gestas y miles de héroes caídos en pos de esas metas, así lo testimonian. Pero entonces, siendo así, ¿Qué ha pasado? ¿Por qué no se han logrado las tan ansiadas metas de justicia social?
Entre las múltiples escenas que conforman el espectáculos de esta moderna civilización, referidos por Vargas Llosa, en la República Dominicana caben las escenificadas con los asesinatos de nuestros mejores hombres; entre ellos, primeramente los ordenados matar por Trujillo y posteriormente, los muertos o asimilados por Balaguer. En este último grupo (de asimilados), están los peledeistas leonelistas, y entre ellos, la prestante dama Minou Tavárez Mirabal, hija del glorioso Manolo Tavárez Justo y de la mártir Minerva Mirabal.
Para el grueso de la población con conciencia social, ésta militancia activa de Minou Tavárez Mirabal en el Neotrujillísmo encabezado por Leonel y Vincho Castillo, es chocante y hasta causa de tristeza. Los pueblos sufren decepciones, cuando los supuestos a liderar la revolución social, en vez de ello, claudican.
Este juicio, en el caso de la Lic. Minou, toma validez bajo el entendido, de que si tanto Manolo como Minerva estuvieran vivos, nunca jamás, hubiesen sido colaboradores de un régimen Neotrujillista, como el encabezado por Leonel, pues ello sería entrar en contradicción con los principios por los que ellos lucharon defendiéndolos con sus propias vidas.
Por suerte, es el propio Bosch quien nos explica del porqué ocurren estos espectáculo en la sociedad dominicana.
“La sociedad dominicana - continua Bosch - es el producto de una historia seriamente deformada, donde un gran número de sus integrantes ha institucionalizado el desorden, la inmoralidad, la indisciplina y la corrupción como patrones normales de comportamiento. La conducta de la baja pequeña burguesía está regida por el afán desmedido de escalar sectores o capas superiores sin miramientos, haciendo cuanto esté a su alcance para lograr, siempre en el plano personal, los lujos o formas de convivencia atípicos en una sociedad atrasada. Este afán desmedido lleva a una gran cantidad de hombres y mujeres de la pequeña burguesía a actuar en la mayoría de las ocasiones de común acuerdo con la oligarquía que sustenta el poder.”
En cuanto a la Lic. Peggy Cabral, tampoco de ella esperábamos un ejercicio político tendenciado con lo peor del perredeismo.
Miguel Vargas Maldonado y ciertos diputados con historia de mafiosos, y otros con reconocida militancia trujillista-balaguerista, con los que ella comparte con tanta camaradería, como si tuvieran grandes intereses en común, es extraña, porque ellos, nada tienen que ver con eso de pueblo, Socialismo Democrático, o de Dios Patria y Libertad.
Todos sabemos del ajetreo de estos señores en las elecciones del 20 de mayo pasado para que el PRD perdiera las elecciones. No es un secreto las llamadas y visitas de Vargas y de esos diputados, a la militancia del partido previo a las elecciones diligenciando que estas votaran por el PLD. Y se sabe de los millones de pesos que trasegados del Estado, se pusieron en manos de estos judas para que hicieran el trabajo sucio de compra de votantes y labor de transfuguismo.
¿A esta alturas del juego, podrá la Lic. Cabral, desmentir estas informaciones, justificarlas, o negar que las conoce?
¿Aboga Doña Peggy por la unión del partido conciliando con Vargas, porque si llegamos al poder de la mano de éste “dirigente” se garantizarían la reivindicaciones de los pobres tan negadas por anteriores gobiernos?
¿Acaso olvida esta dirigente socialdemócrata, que si por pena o conmiseración se anida en el pecho la serpiente, para que esta no perezca de frio, tarde o temprano, obedeciendo a su naturaleza ésta matará a su protector inyectándole su veneno?
La condición de viuda de un ilustre, no obliga a la militancia política, pero si por decisión propia, se opta por esta, entonces se tiene que asumir responsabilidades políticas, sin esperar que ese estado civil, sea la carta de presentación, sino, que la prestancia ganada en este accionar, debe ser por meritos propios.
En ese contexto, para dar la satisfacción a la masa perredeista a la que Doña Peggy se debe, seria sano y beneficioso su explicación, al por qué ella permanece al lado de Miguel Vargas y de los diputados aludidos, fungiendo de hada madrina.
¿Su respaldo a Miguel Vargas, se cimenta en principios; en amiguismos, o en los vicios de la pequeña burguesía aludidos por Bosch?
¿No estará ella arriesgando su liderazgo, por ese derrotero?
No obstante, entiendo que a Doña Peggy le será fácil demostrarle a sus compañeros de partido la integridad de su militancia política. Para ello, tan solo bastaría con presentar los muchos escritos, que presumo ella tiene, enfrentando a la Barrick Gold, como también esos, en los que su pluma truena contra las fechorías de los diputados y senadores dominicanos y de los funcionarios que han llevado al país a la total destrucción, y en los que últimamente deja sentir su indignación, ante la debacle en que Leonel a dejado al país y frente a la injusta reforma fiscal que se avecina.
Para todos estos cuestionamientos, nosotros no tenemos las respuestas, en cambio si todas las dudas y todos los sentimientos. Queda pues, tanto a la Lic. Minou Tavárez Mirabal, como a la Lic. Peggy Cabral, despejar estas incógnitas que han surgido del accionar político de ellas en esta civilización del espectáculo que les ha tocado vivir.
Miguel Espaillat G.
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