Santo Domingo, 23 nov (EFE).- El presidente
dominicano, Danilo Medina, cumplirá mañana cien días en el poder
empeñado en marcar un cambio de estilo en la tarea de gobernar, misión
que se ha visto ensombrecida durante las últimas semanas por las
protestas en las calles contra la gestión de su antecesor, Leonel
Fernández. Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD,
liberal) venció en las elecciones presidenciales del 20 de mayo con el
51,21 % de los votos al exgobernante Hipólito Mejía (2000-2004), del
socialdemócrata Partido Revolucionario Dominicano (PRD), quien obtuvo el
46,95 %.
Las primeras decisiones adoptadas por el nuevo
gobernante son vistas por sus afines como coherentes con su compromiso
político, pero sus críticos le reprochan que no ha pasado de las buenas
intenciones y que no ha atacado la corrupción, por lo que creen
necesarios cambios mucho más profundos.
Mientras el nuevo mandatario desplegaba esas
primeras acciones de Gobierno, sectores de la sociedad exigían en la
calle responsabilidad a Fernández y a su equipo de Gobierno por el
déficit que arrastra el país, calculado en unos 187.000 millones de
pesos (unos 4.675 millones de dólares) e incluso para reclamar la
actuación de la justicia contra ellos.
Ante ese elevado déficit el mandatario impulsó una
reforma fiscal, ya aprobada, que desencadenó un rechazo frontal en
sectores sociales por la subida de precios que supondrá.
El comentarista político Julio Martínez Pozo,
vinculado al presidente Medina, considera que el endeudamiento generado
en los Gobiernos de Fernández para financiar las grandes
infraestructuras, unido al compromiso de Medina de destinar el 4 % del
producto interno bruto (PIB) a la educación, fue lo que obligó al actual
mandatario a introducir la reforma fiscal.
Destacó que las protestas que ha desatado esta
reforma "no se han focalizado en el presidente Medina, sino que el
énfasis crítico ha estado en la gestión del doctor Leonel Fernández".
"El presidente Medina se ha focalizado en su
programa, en sus prioridades y está tomando las medidas a las que se
comprometió", dijo a Efe el comentarista y productor de televisión,
quien subrayó el "cambio en el estilo de gobernar" que ha impuesto el
actual jefe del Estado.
Entre esas medidas mencionó el código ético
suscrito por los miembros del Gobierno, la drástica reducción del número
de viceministros (recordó que antes había departamentos con hasta 40 y
ahora ninguno pasa de seis) y la centralización de la compra de
medicamentos, que supondrá un ahorro de hasta el 30 % para el Estado.
También mencionó la creación de una ventanilla
única de inversión que agilizará trámites burocráticos, la puesta en
marcha de un programa que permitirá a 1.800 familias con viviendas en
terrenos del Estado adquirir los solares y poder acceder a crédito y un
plan que permitirá sacar del analfabetismo a unos 800.000 dominicanos.
Este conjunto de políticas, con todo, no pasan de
ser medidas "cosméticas", manifestó el periodista Ramón Colombo, quien
escribe para varios periódicos del país y quien opinó que el nuevo
Gobierno "no ha respondido a las expectativas de la sociedad".
"Las decisiones fundamentales tienen que tocar la
corrupción, que ha sido escandalosa, tienen que tocar la impunidad, todo
lo que tiene que ver con la seguridad pública, que alcanza categoría de
primera preocupación ciudadana", declaró el comunicador a Efe.
Colombo considera que antes de abandonar el poder,
Leonel Fernández armó un verdadero "blindaje" que le otorga el control
de los tres poderes del Estado y que, por ende, "arrastra incluso al
presidente de la República", de quien dijo que "o no tiene capacidad de
decisión" o tiene "temor" al dominio de las estructuras del Estado de su
predecesor.
Recordó que la esposa de Fernández, Margarita
Cedeño, es la vicepresidenta del país, que el Consejo del Poder Judicial
está compuesto por "gente de su confianza" designada en un proceso "muy
amañado" y que este control alcanza incluso a la Cámara de Cuentas, al
Tribunal Constitucional y a la Suprema Corte de Justicia, cuyo
presidente, Mariano Germán, es "su abogado" y dirigente del PLD.
El presidente, sin embargo, tiene la oportunidad
de "asumir su soberanía", porque "el movimiento social está reclamando"
que gobierne y tiene que tomar "una decisión para salvarse él y salvar
este país", opinó Colombo, quien estimó que las tensiones pueden
aumentar en enero, cuando entre en vigencia la reforma fiscal, si no se
actúa contra los responsables de la actual situación económica.
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