Piedra de discordia,Por Alejandro Jerez. villalamata.net
El 22 de marzo del 2004 aparecía en la prensa nacional la información, suministrada por la oficina del Secretariado Técnico de la Presidencia, de que se estaban evaluando para fines de expropiación por parte del Estado unos terrenos ubicados en la Autopista Duarte, en el paraje conocido como La Penda (en Moca), con la finalidad de construir una estación de peaje como parte de un conjunto de obras viales a nivel nacional proyectadas por la Secretaria (hoy Ministerio) de Obras y Comunicaciones.Cuatro años más tarde, en julio del 2008, se anunciaba que el consorcio Vías Dominicanas (VIADOM) propuso desarrollar y a costear un ambicioso plan de asfaltado de la principal arteria norte-sur y de otras obras viales importantes cuya inversión de alrededor de $300 millones de dólares sería solventada con la concesión de dicho peaje y de otro que sería construido para tales fines en la carretera Navarrete-Puerto Plata.En efecto, las obras de infraestructura donde operaría el peaje ubicado en la Autopista Duarte fueron acometidas y, aparentemente, finalizadas aunque hasta la fecha la referida estación vial tributaria no ha entrado en operación y luce abandonada, constituyéndose en un auténtico peligro para quienes se desplazan por ese tramo carretero, por la señalización deficiente y la ausencia total de iluminación que advierta de su existencia.A lo largo de estos años, son incontables los accidentes de tránsito que se han producido y decenas las víctimas fatales que enlutecen a familias de toda la geografía nacional e incluso extranjeras, que se han visto involucradas en los lamentables sucesos que ha originado el perturbador escollo. Motores, automóviles públicos y privados, autobuses, guaguas, minibuses y otros medios automotrices han protagonizado aparatosos choques con las sólidas y peligrosísimas estructuras de hormigón que, sin el debido alumbrado, se han constituido en muros de la muerte. El último de estos siniestros fue la descomunal embestida de una patana que se empotró en una de las columnas del peaje, provocando un incendio devastador que pudo tener consecuencias más desastrosas, no solo para el humilde chofer del vehículo que salvó milagrosamente su vida, sino para muchas otras personas que circulaban en ese momento por la altamente transitada vía.Desde hace tiempo, son muchas y constantes las voces particulares y de instituciones representativas que han reclamado una solución definitiva a lo que se ha constituido en un mayúsculo y amenazante problema vial, al que no se le ha puesto la debida atención.Los centenares de personas mutiladas y con lesiones permanentes: niños, jóvenes, mujeres, ancianos... son parte de la secuela dolorosa que ha dejado esta obra inconclusa y que se ha erigido como una piedra de la discordia que debe ser removida, para la seguridad y la paz de quienes transitan por la emblemática Autopista Duarte.
El 22 de marzo del 2004 aparecía en la prensa nacional la información, suministrada por la oficina del Secretariado Técnico de la Presidencia, de que se estaban evaluando para fines de expropiación por parte del Estado unos terrenos ubicados en la Autopista Duarte, en el paraje conocido como La Penda (en Moca), con la finalidad de construir una estación de peaje como parte de un conjunto de obras viales a nivel nacional proyectadas por la Secretaria (hoy Ministerio) de Obras y Comunicaciones.Cuatro años más tarde, en julio del 2008, se anunciaba que el consorcio Vías Dominicanas (VIADOM) propuso desarrollar y a costear un ambicioso plan de asfaltado de la principal arteria norte-sur y de otras obras viales importantes cuya inversión de alrededor de $300 millones de dólares sería solventada con la concesión de dicho peaje y de otro que sería construido para tales fines en la carretera Navarrete-Puerto Plata.En efecto, las obras de infraestructura donde operaría el peaje ubicado en la Autopista Duarte fueron acometidas y, aparentemente, finalizadas aunque hasta la fecha la referida estación vial tributaria no ha entrado en operación y luce abandonada, constituyéndose en un auténtico peligro para quienes se desplazan por ese tramo carretero, por la señalización deficiente y la ausencia total de iluminación que advierta de su existencia.A lo largo de estos años, son incontables los accidentes de tránsito que se han producido y decenas las víctimas fatales que enlutecen a familias de toda la geografía nacional e incluso extranjeras, que se han visto involucradas en los lamentables sucesos que ha originado el perturbador escollo. Motores, automóviles públicos y privados, autobuses, guaguas, minibuses y otros medios automotrices han protagonizado aparatosos choques con las sólidas y peligrosísimas estructuras de hormigón que, sin el debido alumbrado, se han constituido en muros de la muerte. El último de estos siniestros fue la descomunal embestida de una patana que se empotró en una de las columnas del peaje, provocando un incendio devastador que pudo tener consecuencias más desastrosas, no solo para el humilde chofer del vehículo que salvó milagrosamente su vida, sino para muchas otras personas que circulaban en ese momento por la altamente transitada vía.Desde hace tiempo, son muchas y constantes las voces particulares y de instituciones representativas que han reclamado una solución definitiva a lo que se ha constituido en un mayúsculo y amenazante problema vial, al que no se le ha puesto la debida atención.Los centenares de personas mutiladas y con lesiones permanentes: niños, jóvenes, mujeres, ancianos... son parte de la secuela dolorosa que ha dejado esta obra inconclusa y que se ha erigido como una piedra de la discordia que debe ser removida, para la seguridad y la paz de quienes transitan por la emblemática Autopista Duarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario