Los 17 pacientes que estaban recluidos en el hospital público Toribio Martínez de Tamboril fueron despachados a sus casas, pero sigue latente la preocupación de los habitantes de las comunidades y sectores de ese municipio donde se ha desatado un brote diarreico, debido a que el agua que consumen está contaminada. Mientras que investigan la muerte de dos personas por sospecha de cólera.
El director provincial de Salud Pública, Ramón Martínez Henríquez dijo que ya no queda un solo paciente interno con diarrea y reveló que en el caso de Tamboril hay exageración.
En lo que corresponde a la muerte de dos personas por sospecha de cólera, el funcionario dijo que se está investigando.
Indicó que hay pacientes que sienten una afección diarreica y acuden al hospital, pero que después de ser tratados por los médicos a las tres ó cuatro horas son despachados a sus casas con sueros.
Sostuvo que a los pacientes y a sus familiares se les instruye como usar los sueros y que en caso alguien sufra una recaída que acuda de inmediato al médico.
Indicó que hay gente que llegan y no duran ni siquiera cuatro horas hospitalizadas, porque la gente está debidamente orientada y cuando siente cualquier dolor abdominal o síntoma de diarrea acude al médico y que eso es bueno que lo hagan.
De su lado, el presidente de la junta de vecinos del Arenazo, donde se han detectado la mayoría de los casos de diarrea, dijo que no se puede minimizar la situación.
Sostuvo que se siguen registrando casos porque el agua que consumen sus residentes está contaminada.
Desde que surgió el brote de diarrea a mediados del mes de abril pasado más de 700 personas han sido afectadas por la afección.
Salud Pública confirmó la muerte de siete personas a causa de cólera en Tamboril, pero otras cifras no oficiales revelan que son diez las defunciones a causa de la enfermedad.
Las autoridades de Salud Pública han intervenido las comunidades afectadas y han distribuido cloro y tinacos.
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