El niño era fanático de los videojuegos e integraba tres grupos de la mensajería instantánea con estos fines
Usuario activo de Free Fire habló para Diario Libre y destacó que los videojuegos contienen escenarios de violencia
Línea de ayuda: El departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública de República Dominicana posee la línea de información sobre la depresión en el 809-544-4223. También está la línea de ayuda Cuida tu salud mental, marcando 809-200-1400, que ofrece ayuda psicológica gratis.
Tras la muerte del niño Ángel Luis Buret, quien se suicidó, su padre decidió revisar su tablet donde encontró tres grupos de WhatsApp de jugadores de videojuegos Free Fire y San Andrea con algunos comportamientos tóxicos.
Según denunció Luis Ramón Buret a Diario Libre los grupos de la aplicación contienen amenazas de muerte y decenas de mensajes inapropiados y ofensivos para los integrantes.
Indicó que los tres grupos tienen como administrador a una persona identificada con un número telefónico de República Dominica y otros dos de otra nacionalidad.
Al revisar uno de los grupos, los mensajes eran aterradores. Pedían a los usuarios imágenes de personas fallecidas, donde por último les solicitaban que enviaran fotos de los propios jugadores insinuándoles que se quitasen la vida.
El señor Buret narró que en uno de los audios enviados a través de la mensajería instantánea fue directo para su hijo tras ganar una partida, donde un usuario lo amenazó de muerte y le manifestó que llegaría hasta su residencia. Para concluir, el audio le pidió a Ángel Luis que se matara.
Las veces que el padre de Ángel Luis le insistía que dejara los videojuegos, al notar que se habían convertido en una adicción para él, el niño se ponía agresivo y realizaba acciones que no eran propias de su acostumbrado comportamiento.
Ángel Luis soñaba con terminar sus estudios para irse fuera del país junto a su hermano y poder conseguir los recursos para ayudar a su padre a salir de la pobreza.
Además de los videojuegos, en las últimas semanas su padre había notado algo inusual en el menor. Miraba en varias ocasiones películas de la muerte de Cristo y le hacía preguntas extrañas acerca de la crucifixión.
Debido a la situación, su padre le llamó la atención en varias ocasiones y le decía que pensara en otras cosas. Cuando el señor Luis Ramón le reclamaba, el menor se colocaba una sábana y se ponía en forma de cruz para asustar a su padre.
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