Ciudad del Vaticano, 10 mar.- El papa Francisco expresó hoy su preocupación por el incremento de la violencia en Haití en los últimos días, y demandó un mayor apoyo de la comunidad internacional para poner fin a esa compleja y peligrosa situación.
En sus palabras tras el dominical rezo del Ángelus, en horas del mediodía, el sumo pontífice aseveró desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano, ante los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, que «estoy cerca de la Iglesia y del querido pueblo haitiano, que desde hace años sufre mucho».
En una nota divulgada por la oficina de prensa de la Santa Sede se señala además que el obispo de Roma apuntó además que sigue «con preocupación y dolor la grave crisis que afecta a Haití y los episodios violentos ocurridos en los últimos días».
CONTRIBUCIÓN DE TODOS
Francisco demandó que «todos ofrezcan su contribución para aumentar la paz y la reconciliación en el país», con el apoyo renovado de la comunidad internacional, para que «cesen todas las formas de violencia».
Un comentario sobre este tema, publicado este domingo en el sitio digital del diario Vatican News, refiere que, ante la última ola de violencia de pandillas en ese país caribeño, un panel de las Naciones Unidas advirtió que la capital, Puerto Príncipe es una «ciudad bajo asedio». La crisis se agravó luego de que grupos criminales armados atacaron el Palacio Presidencial y el Cuartel General de la Policía, tras lo cual controlan gran parte de esa ciudad y las carreteras, con el propósito de derrocar al primer ministro Ariel Henry.
Ese medio destaca que decenas de personas fueron asesinadas en ese país y más de 15 mil se vieron obligadas a huir de sus hogares desde que el pasado 29 de febrero comenzaron los ataques coordinados de pandillas. Este domingo el Pontífice también recordó también que «hace dos días celebramos el Día Internacional de la Mujer» y expresó que «quisiera dirigir un pensamiento y expresar mi cercanía a todas las mujeres, especialmente a aquellas cuya dignidad no es respetada», pues «aún queda mucho trabajo por hacer».
«Son las instituciones sociales y políticas las que tienen el deber fundamental de proteger y promover la dignidad de todo ser humano, ofreciendo a las mujeres, portadoras de la vida, las condiciones necesarias para poder acoger ese don y asegurar a sus hijos un hogar digno», agregó el papa Francisco.
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