Miedo y desolación en la comunidad dominicana en Puerto Rico tras redadas migratorias - VILLA- LAMATA.NET

Miedo y desolación en la comunidad dominicana en Puerto Rico tras redadas migratorias

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SAN JUAN.- El miedo y la incertidumbre se han apoderado de los barrios de San Juan, epicentro de la diáspora dominicana en Puerto Rico, tras las redadas de inmigración ordenadas por el entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.

Calles vacías y negocios cerrados

La vida cotidiana en comunidades como Barrio Obrero y Río Piedras ha cambiado drásticamente. Eleudy Mercedes, un dominicano residente en Puerto Rico desde hace siete años, relata:

"Ahora mismo, en Barrio Obrero no hay vida; los negocios están cerrados, y el movimiento en Río Piedras es casi inexistente".

La música característica de la comunidad dominicana, como el merengue y la bachata, ha dejado de sonar en bares y espacios públicos, mientras que las calles permanecen desiertas.

Impacto en la educación y servicios

La ausencia de niños dominicanos en las escuelas y la notable reducción de pacientes migrantes en las consultas médicas reflejan el temor generalizado que vive esta comunidad. En palabras de los residentes:

"Están todos escondidos".

Redadas y acusaciones de discriminación

El detonante de esta situación fue una redada llevada a cabo por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) hace más de diez días, que resultó en la detención de decenas de inmigrantes.

José Rodríguez, presidente del Comité Dominicano de Derechos Humanos de Puerto Rico, denunció la operación como:

"Una persecución selectiva, xenofóbica y racista, basada en el discrimen".

Rodríguez advirtió sobre el impacto económico y social:

"Las personas no van a trabajar; no se atreven a salir. Esto generará una crisis económica y humanitaria".

La diáspora dominicana en cifras

De acuerdo con el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, la comunidad dominicana representa el 60 % de la población inmigrante en la isla, con alrededor de 60,000 residentes dominicanos en un territorio de poco más de 3 millones de habitantes.

Muchos de ellos llegan en frágiles embarcaciones conocidas como "yolas", enfrentando riesgos extremos en busca de mejores oportunidades. A este flujo migratorio se han sumado también haitianos, quienes comparten rutas peligrosas en su travesía hacia Puerto Rico.

La tensión y el miedo en la comunidad dominicana subrayan la necesidad de un diálogo sobre la política migratoria en Puerto Rico y su impacto humanitario.

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