Parece increíble, pero es cierto que la República Dominicana se enrumba hacia un futuro económico promisorio en el corto y mediano plazo a pesar de los embates de la crisis de salubridad que por más de un año ha resistido sin dobleces o sin haberse puesto de rodillas.
Una vez más la nación dominicana demuestra gallardía, valentía y una gran capacidad de resiliencia al sobreponerse de las vicisitudes que periódicamente el destino le presenta, pero como pueblo de firme fe cristiana, voluntad y pasión inquebrantables se encamina en lograr la esperada estabilidad económica.
Cada vez se suma una institución más en calificar de estable la economía de la República Dominicana con perspectivas de alcanzar los niveles de crecimiento de antes de la crisis de la pandemia o antes del año 2020.
En esta oportunidad lo expresa la agencia calificadora de riesgo Moody´s Investors Service la cual señala a la nación dominicana como un país emisor estable de deuda al tiempo de sugerirle moderación al endeudarse, a pesar de la gran demanda que reciben los títulos valores de parte de los inversores, ya que las condiciones de ahora y las que se avizoran en lo adelante no son las mismas del año 2020 cuando la pandemia llegó a su punto álgido, afectando negativamente las actividades económicas del país en casi un 80% .
La calificación de Ba3 que le otorga en estos momentos al país la señalada agencia calificadora en el contexto de su perfil crediticio y balance de riesgo, es el resultado de que los riesgos de liquidez del Gobierno se mantienen estable debido a que los déficits en cuenta corriente están financiados, hay mayores reservas de divisas para cubrir los vencimientos futuros de deuda y existe un historial probado de acceso al mercado en tiempos de turbulencia.
El sector bancario también aparece entre los indicadores de estabilidad que cita la firma, al calificarlo de resistente a pesar de un deterioro anticipado en la calidad de los activos.
Dicha agencia calificadora resalta que el país enfrenta desafíos crediticios de larga data, dada una alta exposición a los riesgos cambiarios y una relación muy alta entre intereses e ingresos del Gobierno en comparación con otros países.
En el análisis de la economía realizado por la indicada agencia calificadora, ésta informa que el Gobierno se encuentra inmersa en la preparación de reformas para mejorar los ingresos que aliviarán las restricciones fiscales derivadas de una base impositiva limitada.
Agrega, que gracias al programa de vacunación de manera sistemática que implementa el Gobierno se espera que las actividades del sector turístico se fortalezcan en el plazo más corto posible.
Esta agencia coincide con otra como Fitch Ratings y Organismos Internacionales de Financiamiento de que la economía dominicana crecerá alrededor de un 6% este año 2021, por lo que volverá a los niveles que tenía antes de la aparición del Covid-19.
Críticos locales aislados se apresuran en solicitar al Gobierno que se aplique desde ya una reforma fiscal, olvidándose que aun el país se encuentra en plena pandemia, la que afecta la construcción, el comercio y otros servicios, mermando el ritmo de crecimiento de la economía dominicana y el resto del mundo.
Se sabe que esta reforma lleva consigo un costo político que más temprano que tarde deberá asumirse pero que el pueblo dominicano sabrá acoger dadas las circunstancias de deterioro de las finanzas públicas lo que ha obligado al Gobierno a constreñir el gasto público, concentrando el mismo en las necesidades más perentorias, específicamente, en programas sociales que sustentan a los sectores más necesitados que se han visto muy golpeados por la pandemia.
Los indicados críticos del Gobierno se olvidan que el país y el mundo aún se encuentran inmersos en plena pandemia. Crisis sanitaria sin precedentes que ha conducido a la humanidad a cambiar su estilo de vida, de relacionarse y aun así estos críticos piden que sin sopesar se aplique insensiblemente un aumento de impuestos y un mayor control del gasto cuando este debe ser más expansivo, específicamente el gasto de capital, generador de inversiones y de aumento de empleo y de todas las actividades productivas y demanda agregada.
El Gobierno está consciente que ha de llevarse a cabo la señalada reforma fiscal pero esta debe formularse y aplicarse conforme vayan integrándose más sectores productivos a las actividades económicas y se encuentren en condiciones de poder contribuir con al erario al pagar sus impuestos.
Es importante recordar que la disciplina económica se basa precisamente en confianza y prudencia pues la misma es sumamente delicada en el momento de tomarse una decisión muy festinada la cual puede generar un resultado traumático.
Así lo saben los economistas y financistas que hacen política monetaria y fiscal.
Apenas se les ha aplicado la primera dosis de la vacuna a unos 700 mil dominicanos y a finales de marzo 2021 se les aplicará la 2da a dicha cantidad de casi unos 10.5 millones de dominicanos.
De manera que aún falta casi un 93% de la población si han de vacunarse todos, aunque en dicha cantidad hay infantes y personas que no podrán vacunarse.
No es un secreto que la reactivación total de las actividades económicas depende de que los dominicanos se hayan vacunado y que la industria, el turismo y el comercio alcancen el ritmo de actividades que mantenían antes de la pandemia, pero no se duda como tampoco lo dudan las agencias calificadoras de riesgo, el Banco Central de la República Dominicana e instituciones financieras internacionales que la economía crecerá más un 5%. Así que paciencia a los críticos que el país logrará salir hacia adelante.
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