Rusia justifica ofensiva en Ucrania como represalia por ataques a civiles en su territorio

MOSCÚ, 20 de mayo de 2025. – El Kremlin defendió este lunes la reciente ofensiva masiva de sus Fuerzas Armadas sobre territorio ucraniano, alegando que se trata de una respuesta directa a los ataques de Kiev contra infraestructuras civiles rusas.

El portavoz presidencial Dmitri Peskov declaró ante la prensa que las fuerzas rusas han sido objeto de una intensificación de agresiones por parte de Ucrania, dirigidas —según dijo— contra objetivos no militares. En consecuencia, justificó la contraofensiva lanzada durante el fin de semana como una represalia selectiva contra instalaciones militares ucranianas.

“Vemos a los ucranianos golpeando nuestras infraestructuras sociales y civiles. Esta es una respuesta de represalia exclusivamente contra objetivos militares de Ucrania”, afirmó Peskov.

Ola de drones y bombardeos cruzados

Durante la última semana, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) en la República Popular de Donetsk reportó la neutralización de más de 400 ataques de drones ucranianos, dirigidos —según las autoridades— contra civiles y servicios básicos en esa región del este ucraniano ocupada por Rusia.

En respuesta, el Ministerio de Defensa ruso confirmó que sus tropas han lanzado ataques masivos con armas de alta precisión y vehículos aéreos no tripulados sobre múltiples puntos estratégicos en Ucrania. Uno de los principales blancos fue el aeródromo militar en la ciudad de Starokonstantínov, en el oeste del país.

Rusia también bombardeó instalaciones del complejo militar-industrial ucraniano, señalando como objetivos fábricas de componentes para misiles, radioelectrónica, explosivos y drones de combate, según un comunicado oficial.

Escalada y cruce de acusaciones

El conflicto ha entrado en una nueva fase de alta intensidad, con acusaciones mutuas de atacar objetivos civiles. Mientras Rusia afirma dirigir sus bombardeos exclusivamente a fines militares, Ucrania y varios países occidentales han denunciado que Moscú continúa afectando zonas residenciales y servicios básicos, especialmente en el este y sur del país.

La comunidad internacional, por su parte, sigue presionando por un alto el fuego negociado, en medio de crecientes temores de una nueva escalada que agrave aún más la crisis humanitaria en la región.