JERUSALÉN, 23 de junio de 2025 – Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) ejecutaron este lunes nuevos bombardeos en territorio iraní, específicamente sobre rutas de acceso a la planta nuclear de Fordo, una de las más estratégicas del programa atómico de Irán. Este nuevo operativo ocurre apenas un día después de que Estados Unidos atacara directamente el complejo subterráneo con bombas antibúnker, provocando graves daños estructurales.
Según fuentes militares israelíes, el objetivo de los últimos ataques fue “obstruir el acceso logístico y técnico” a las instalaciones, impidiendo así cualquier intento inmediato de reparación o respuesta por parte del régimen iraní. A diferencia del bombardeo estadounidense, esta intervención no tuvo como blanco directo la planta de enriquecimiento de uranio, aunque su impacto en la operatividad general del sitio podría ser considerable.
Una infraestructura crítica bajo presión internacional
La planta de Fordo, ubicada en una zona montañosa del noroeste iraní, es considerada el núcleo del programa de enriquecimiento de uranio de Irán. Su infraestructura, profundamente soterrada, fue diseñada para resistir ataques convencionales, lo que llevó a Washington a emplear armamento especializado de penetración de búnkeres el pasado domingo.
De acuerdo con declaraciones del director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, los daños provocados por los proyectiles son “muy significativos”. El funcionario confirmó que los cráteres del impacto son visibles desde imágenes satelitales y detalló que la explosión afectó zonas donde se encuentran centrifugadoras altamente sensibles.
“Es prematuro hacer una evaluación técnica completa, pero dada la carga empleada y la vulnerabilidad del equipamiento, se anticipa un daño severo”, indicó Grossi.
Un conflicto que escala rápidamente
Este ataque forma parte del conflicto militar de mayor envergadura entre Irán e Israel en décadas, que se desató tras el intercambio de ofensivas aéreas y misiles entre ambas naciones desde mediados de junio. La participación directa de Estados Unidos, que hasta ahora había mantenido una postura de apoyo diplomático y logístico, marca un punto crítico de escalada en el conflicto regional.
Mientras tanto, Teherán no ha ofrecido una respuesta oficial sobre el nuevo ataque israelí, aunque altos mandos militares han prometido represalias “contundentes” y han reforzado la seguridad en torno a sus principales instalaciones estratégicas.
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