Varios gobiernos europeos están discutiendo la posibilidad de adquirir armas directamente de Estados Unidos, con sus propios presupuestos, para luego transferirlas a Ucrania. Esta maniobra surge como respuesta a las recientes limitaciones impuestas por el Pentágono sobre el envío de ayuda militar a Kiev, según revelaron fuentes citadas por el medio Politico.
La iniciativa, aún en fase de análisis, busca mantener el flujo de armamento estadounidense hacia Ucrania sin depender exclusivamente de decisiones políticas en Washington. Para lograrlo, los países europeos tendrían que recibir la autorización formal del gobierno de EE.UU., debido a las regulaciones que rigen la reventa o transferencia de equipos militares fabricados en ese país.
Uno de los principales obstáculos es que ciertos sistemas de armamento, como ocurrió anteriormente con los misiles británicos Storm Shadow, contienen componentes estadounidenses que requieren permisos específicos para ser transferidos a terceros países.
La propuesta incluiría contabilizar estas compras dentro de los compromisos de gasto en defensa establecidos por la OTAN, pero hasta el momento no se han firmado acuerdos formales ni se han comprometido fondos de manera definitiva.
De fondo, la iniciativa refleja la creciente preocupación de los gobiernos europeos ante la posibilidad de que una nueva administración estadounidense, encabezada por Donald Trump, reduzca o suspenda completamente la ayuda militar a Ucrania. Diversos informes, como los publicados por The New York Times y Bloomberg, señalan que Europa no cuenta actualmente con las reservas de armas ni la capacidad industrial para sostener el nivel de apoyo que Ucrania necesita a largo plazo.
En este contexto, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha solicitado a sus aliados destinar al menos el 0.25 % de su PIB para apoyar la producción de armas en Ucrania, argumentando que la defensa de su país es también una pieza clave en la seguridad de todo el continente europeo.
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