El Gobierno acaba de depositar en el Congreso Nacional el nuevo acuerdo que ha firmado con la Barrick Gold, que modificará en varios aspectos el contrato para la explotación de la mina de Pueblo Viejo, Cotuí, en la provincia Sánchez Ramírez.
En la ocasión el que fue aprobado el referido contrato, que a su vez modificaba el que se tenía con la Placer Dome, se dijo que muchos de los legisladores ni siquiera lo leyeron. Algunos alegaron que simplemente se limitaron a recibir instrucciones. Sin embargo, por la postura asumida por el presidente Danilo Medina Sánchez y su Gobierno el país ha podido modificar en varios aspectos los beneficios del mismo.
Ahora los congresistas tendrán nuevamente la oportunidad de conocer y aprobar esta revisión del referido contrato. Esta vez algunos podrían asumir que bien pudieran aprobarlo sin leerlo, pues como ya se conocen las partidas que han sido tocadas en nada podrían modificarlas.
Sin embargo, la significación de esta renegociación tiene que tener una repercusión más allá de los beneficios económicos que se desprenderán de la misma. Creemos que conviene que los legisladores conozcan las cosas que están aprobando, pues en un país con el potencial minero que tiene la República Dominicana, sus congresistas no pueden seguir haciendo el triste papel de amarrarnos a contratos de explotación de nuestros recursos no renovables sin obtener los beneficios justos de los mismos.
El país ha renegociado con empresas mineras como la Alcoa, ubicada en Pedernales, con la Falconbridge, en Monseñor Nouel y ahora con la Barrick Gold en Sánchez Ramírez. Con estas experiencias deberíamos tener un esquema de negociación que nos evite entregar tan fácilmente nuestros recursos.
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