PUERTO PRÍNCIPE – La Embajada de Estados Unidos en Haití emitió una alerta urgente este martes recomendando a todos sus ciudadanos que abandonen el país “tan pronto como sea posible”, debido al deterioro de la seguridad y el aumento de la violencia provocada por bandas armadas en diversas regiones del territorio haitiano.
En un comunicado difundido en redes sociales, la legación diplomática reiteró su llamado a no viajar a Haití bajo ninguna circunstancia y sugirió a quienes ya se encuentran allí buscar rutas seguras, ya sea mediante vuelos comerciales o medios privados. “Eviten aglomeraciones, monitoreen los medios y manténganse alejados de zonas donde ocurran disturbios o hechos violentos”, advirtieron.
Reanudación parcial de vuelos internos
Como parte de las alternativas de salida, la embajada informó que se han restablecido algunas rutas aéreas internas entre ciudades clave como Cap-Haitien, Les Cayes y la terminal nacional Guy Malary en la capital. No obstante, alertó sobre los riesgos asociados a vuelos privados o en helicóptero desde lugares no autorizados, señalando que estos trayectos podrían implicar serias amenazas para la seguridad de los pasajeros.
Asimismo, recordó que el personal del Gobierno de EE.UU. tiene prohibido viajar hacia o desde Puerto Príncipe en vuelos comerciales, debido a restricciones de seguridad impuestas por la Administración Federal de Aviación (FAA).
La violencia se intensifica
La preocupación de las autoridades estadounidenses surge en medio de una crisis humanitaria cada vez más profunda. Bandas armadas dominan gran parte del país, especialmente en el área metropolitana de Puerto Príncipe y en departamentos como Artibonite y Centro. Estas organizaciones criminales son responsables de asesinatos, secuestros, extorsiones y abusos sexuales generalizados.
De acuerdo con cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, más de 2,600 personas han perdido la vida por la violencia en lo que va de 2025, mientras que el número de desplazados internos supera ya los 1.3 millones, más de la mitad de ellos menores de edad.
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