WASHINGTON. – En medio del aumento de las tensiones globales tras los recientes bombardeos estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes, Estados Unidos ha instado a los países de América Latina a fijar claramente su posición frente al conflicto.
Una alta funcionaria del Departamento de Estado norteamericano exhortó a las naciones del continente a tomar partido, señalando que es una oportunidad para decidir si apoyan a lo que calificó como "un régimen patrocinador del terrorismo" o si respaldan la estabilidad internacional. El pronunciamiento se dio en una rueda de prensa virtual antes de la 55ª Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), que se celebrará esta semana en Antigua y Barbuda.
“Cada país tiene que tomar una decisión”, expresó la funcionaria, sin adelantar si se propondrá una resolución formal sobre el tema, aunque dejó claro que los recientes ataques serán parte central del debate en la asamblea regional.
Una escalada militar con reacciones globales
El llamado de Estados Unidos llega luego de una operación militar en la que se bombardearon tres instalaciones nucleares clave en Irán: Natanz, Isfahán y Fordo. La ofensiva, ejecutada por la Fuerza Aérea estadounidense el pasado sábado, ha sido ampliamente criticada por líderes internacionales, quienes advierten que podría provocar una crisis mayor en Medio Oriente.
Rusia fue uno de los primeros países en condenar los ataques. El presidente Vladimir Putin los calificó como "una agresión no provocada" durante una reunión con el canciller iraní, Abbas Araghchi. Moscú reafirmó su apoyo al pueblo iraní y anunció esfuerzos diplomáticos para contener la situación.
La respuesta de Teherán no se hizo esperar. Este lunes, Irán lanzó un ataque contra la mayor base militar estadounidense en la región, intensificando la confrontación directa entre ambos países.
América Latina ante una decisión estratégica
Hasta el momento, la mayoría de los países latinoamericanos no se han pronunciado públicamente sobre el conflicto. No obstante, Estados Unidos ha sido enfático en su llamado a la región para que defina su posición frente a lo que considera una amenaza directa al orden y la seguridad internacional.
Funcionarios del Departamento de Estado sugieren que la postura de los países latinoamericanos podría tener consecuencias a largo plazo en sus relaciones bilaterales y su papel dentro del sistema interamericano.
La Asamblea de la OEA se convierte así en un punto de inflexión diplomática, donde América Latina deberá decidir si permanece neutral o si asume una posición activa frente a uno de los conflictos geopolíticos más delicados de los últimos años.
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