
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha solicitado que Europa realice pagos anuales a Washington, argumentando que el continente ha obtenido beneficios económicos significativos a expensas de EE.UU. En declaraciones a la prensa, Trump afirmó:
"Hemos sido tratados tan mal por otros países porque tuvimos un liderazgo estúpido que permitió que esto sucediera. Se llevaron nuestros negocios, se llevaron nuestro dinero, se llevaron nuestros trabajos."
El mandatario también destacó que, gracias a la imposición de nuevos aranceles, el país está comenzando a recibir "cientos de miles de millones de dólares" mensualmente.
Críticas a las prácticas comerciales europeas
Trump señaló que Europa ha mantenido un superávit comercial considerable con Estados Unidos, acusándola de no adquirir suficientes productos estadounidenses:
"No compran nuestros coches, no compran nuestros alimentos, no compran nada. Y nosotros compramos sus coches: Mercedes, Volkswagen, BMW. Compramos millones de sus coches."
Como respuesta, el presidente anunció la implementación de un "gran arancel" a Europa, indicando que las naciones europeas deben compensar a EE.UU. por las pérdidas económicas sufridas en el pasado.
Implementación de aranceles recíprocos
El 2 de abril, Trump firmó una orden ejecutiva para imponer aranceles recíprocos a varios países, incluyendo China, India y la Unión Europea. Estos aranceles, que entraron en vigor a la medianoche del mismo día, establecen gravámenes del 34% para China, 20% para la UE y 46% para Vietnam.
El presidente justificó estas medidas afirmando que otros países han impuesto aranceles más altos a los productos estadounidenses, creando un desequilibrio comercial que perjudica a la economía de EE.UU.
Respuesta internacional y posibles repercusiones
Estas acciones han generado preocupación entre los socios comerciales de Estados Unidos. La Unión Europea está evaluando posibles represalias y ha propuesto la eliminación mutua de aranceles sobre bienes industriales como una solución negociada.
Analistas advierten que esta escalada en las tensiones comerciales podría tener efectos adversos en la economía global, aumentando la volatilidad en los mercados financieros y afectando negativamente el crecimiento económico.
Mientras tanto, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha minimizado las preocupaciones sobre una posible recesión derivada de estas políticas arancelarias, asegurando que no ve motivos económicos para prever una desaceleración significativa.
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